En un contexto de emergencia climática con olas de calor cada vez más frecuentes, este informe analiza por primera vez de forma específica la pobreza energética durante el verano en España. A partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y de la herramienta ENERSOC, se constata que un 33,6 % de los hogares españoles no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada en verano, cifra que asciende al 53,3 % entre las familias en situación de pobreza energética. Esta situación se ve agravada por factores como la baja eficiencia energética de las viviendas, el régimen de alquiler, la antigüedad del parque inmobiliario y la falta de equipamiento adecuado como aire acondicionado.
El estudio destaca la necesidad urgente de incorporar la pobreza energética estival como indicador oficial en la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética. Greenpeace propone medidas a corto plazo como el refuerzo del bono social y la prohibición de cortes de suministro, y a medio y largo plazo, una rehabilitación masiva del parque de viviendas, priorizando soluciones pasivas y sostenibles. La pobreza energética no solo es una cuestión de confort, sino de salud, equidad y justicia climática.